domingo, 30 de julio de 2017

La prensa como arma política

Rubén Pabello Rojas
Barcelona, España

Si ésta imprenta hablara, qué de historias
nos contara. Dr. Rubén Pabello Rojas
Durante la I Guerra Mundial, la prensa fue utilizada por los ejércitos beligerantes de manera que no mostrase en ningún momento la realidad que les rodeaba con el único fin de mantener viva la esperanza de la población. Sin embargo, este falseamiento de la información fue desenmascarado por los europeos, quienes entraron en conflicto con la prensa escrita. Así se llega al convulso periodo de entreguerras, y al establecimiento de dos modelos de información: de un lado se establecería aquel propio de los totalitarismos, los cuales convirtieron a los medios en su principal arma, mientras que por otro, países de tradición liberal, como es el caso de Inglaterra, mantuvieron vigente la libertad de expresión. Lo que sigue es de todos conocidos. Al igual que había sucedido previamente, los combatientes en la II Guerra Mundial pusieron a su disposición los medios de comunicación disponibles. El mejor ejemplo se encuentra en la propaganda que tan buenos resultados cosechó para el nazismo. Los efectos de la guerra se vieron reflejados en el territorio español en los sucesos correspondientes a la guerra civil "No obstante, esta situación no fue exclusiva del exterior de nuestras fronteras, sino que se habría dado con anterioridad en el conflicto fratricida acaecido en España a finales de los años 30".
Tras el periodo de las grandes guerras, el periodismo se tornó un medio objetivo. A la prensa escrita le acompañarían en su camino otros dos medios, la radio y la televisión. Los Estados defenderían entonces los derechos propios de la comunicación mediante la firma de tratados y convenios internacionales de obligado cumplimiento para todos los firmantes, como la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Dr. 20-06-17

miércoles, 5 de julio de 2017

El misterio de la risa intrusiva en un rancio periodista

Miradas de reportero
Por Rogelio Hernández López

Las tribulaciones personales que asolaron al viejo reportero en los últimos cinco meses, rebulleron al acercarse el fin de año. Le agobiaba el desempleo y no encontrar certezas para planear el nuevo ciclo. Tiene 64 años y medio. Sin embargo, se sorprendió a sí mismo riendo sinceramente ante cualquier motivo. --¿Será qué cuando la gente percibe el ocaso se le vota la chaveta? ¿O ya estoy tocadiscos por fumar tanto?— especulaba. 
Es que alegrarse por los motivos más nimios, como actuaba en estos días, era muy contrastante con el estilo personal de periodista que empeñosamente quiso cultivar durante 37 años de ejercer: impertinente y punzante con las “fuentes”; frío para el análisis y sintético hasta el exceso para presentar las noticias. Sociable sólo con sus colegas. –Los periodistas tenemos que presentarnos firmes, seguros, indoblegables—se aleccionó siempre, para parecer lo que creyó ser.
Con el tiempo esas actitudes conforman personalidades arrogantes y agrias, de esas que cualquier persona rechaza en los primeros contactos y en los segundos y con frecuencia todo el tiempo. --“Pinches periodistas son muy mamones”-- escuchaba con frecuencia al alejarse de sus interlocutores; y no disimulaba una mueca de triunfo vanidoso. Incluso, se le estiraba el cuello involuntariamente cuando cercanos y lejanos le acusaban ser de “los duros”.
LOS PERIODISTAS TIENEN QUE SER CABEZA DURA
Hacía poco tiempo que el reportero había leído una alegoría que pareció reforzarle el prototipo en el que suponía encajar:
“Hay tres tipos de escritores: novelistas, poetas y periodistas… Tomados uno por uno, es cierto que los periodistas tienden a ser cabezas duras, objetivos y poco imaginativos. … En su propia persona no hay nadie más práctico que un periodista. Exhibe la misma avidez por las noticias que un empresario mostrará por el dinero… Su inteligencia es sólida pero nada excepcional… son relativamente ignorantes acerca de la astucia de los fuertes y los estúpidos” (Norman Mailer /Un arte espectral)
Pero ahora el reportero sospechaba estar perdiendo salud mental porque interpretaba contener otra persona dentro de sí, una extraña que reía recurrentemente por causas sencillas, sin doble fondo y que eso era como un ser contrario, opuesto a su personalidad que presumía inflexible. Lo peor para su presumible contradicción, era que en esos momentos de alegría espontánea sentía un extraño remanso de tranquilidad, cuando debería estar dominado todo el tiempo por la angustia que produce la falta de perspectivas, o sea, cabizbajo y opaco, como siempre. Interpretaba que había en él una lucha de contrarios, pero seguía sin entender bien a bien porqué reía.
--Tiene que estar ocurriendo una metamorfosis en mí. La lógica común no está funcionando. Quizá esto ocurra a todos los periodistas viejos. Pero la mayoría de veteranos que conozco siguen siendo agrios aunque se comporten fingidamente amables. Quizá el fin de ciclo me lleva a dejar de ser periodista y mi subconsciente se está preparando. He oído que vender tamales o tortas o poner un café internet provocan menos preocupaciones—discurría para sí el reportero, y tales pensamientos le arrebataron otra risa — Bueno, sería más sencillo ser escribano incognito de políticos o bien saltar de las textos de análisis político a una columna de humorismo. 
-- ¿Y qué tal si aprovecho que puedo sonreír sinceramente para escribir con humorismo en adelante? Así podría ofrecer mis textos a más medios y esa pueda ser una opción para el nuevo ciclo que necesito comenzar como periodista--. Pero en esto último se detuvo porque sabía, eso sí, que se necesita mucho más de cultura y también mucho más tiempo para escribir breve y con humor.
Para darse ánimos evocó un texto harto conocido de Manuel Buendía Tellezgirón, de hace más de 30 años: “Los tres males del periodismo mexicano son la impunidad, la solemnidad y la mediocridad”, decía el columnista mexicano más influyente de entonces. 
--Hay que ponerle ética, humor y cultura al ejercicio del periodismo. --- se alentaba el reportero, mas de inmediato reaparecía su contrario, porque eso no se consigue en el súper. --Soy muy malo para ese estilo. Mis textos son sintéticos, concisos, solemnes en general y más cuando lo que hago es cercano al ensayo académico. Todo esto es lo contrario de lo ameno. Padezco el mismo mal que cientos de colegas—Se desanimaba él solo, pero además tenía que desentrañar el misterio de la risa sincera que lo asaltaba a cada rato.
TERAPIA DE CHOQUE
Y la disolución de la incógnita apareció en el momento y lugar menos buscados. Su Yo predominante se negaba a seguir las instrucciones precisas que le daban para envolver regalos. Él quería hacerlo pero a su manera y no quería acatar procedimientos ajenos. Refunfuñón, como siempre pataleó con palabras acusatorias de autoritarismo. Le respondieron en el mismo tono y le espetaron una verdad que lo sacudió y lo paralizó al mismo tiempo: “¡Eres un maldito orgulloso”¡ Se alejó ofendido, como hace Gerundio, el perro de la casa, cuando lo regañan. Al rato, un poco repuesto buscó en el diccionario de la Real Academia:
“Maldito.- Perverso, de mala intención y dañadas costumbres / Orgulloso.- Arrogancia, vanidad, exceso de estimación propia, que a veces es disimulable por nacer de causas nobles y virtuosas”. –Si es cierto. Así soy—se reconoció. Soltó una carcajada y caviló: --si me lo hubiera dicho otra gente y en otro sitio en vez de alejarme de la confrontación habría escalado el choque, pero ahora lo acepté por venir de quien viene---
Entonces supo la causa de las risas intrusivas. Fin del misterio. No hay otra personalidad en él. Para deducirlo utilizó la ecuación de análisis de riesgo que había estado aplicando a otros colegas en los últimos cuatro años. Supo que su debilidad mayor en este fin de ciclo es no encontrar empleo fijo, por la edad y por el estilo personal arrogante, pero también confirmó que tiene muchas fortalezas y eso es lo que le produce sosiego y risas sinceras a pesar de todo lo que parece un injusto fin de ciclo profesional. 
La fuerza que encontró son: sus capacidades reconocidas como reportero, un poco como escritor, un enorme número de personas que lo cobijan con amistad y la mayor de las fortalezas que toda persona debiera tener: un hogar, modesto, donde él y sus hijos respiran equidad, solidaridad, inteligencia, dignidad, proporcionadas por una mujer, esposa, madre, autónoma, que proviene de una familia dadora de vida.
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* Reportero desde 1977. Especializado en investigación en Excélsior, El Universal, Milenio y otros. Dos veces Premio Nacional por el Club de Periodistas. Autor de los libros Zócalo Rojo, Zorrilla y Sólo para periodistas. Profesor invitado en varias universidades. Ex Consejero del Mecanismo de Protección a Periodistas de la Segob y Ex Coordinador de Protección de la Casa de los Derechos de Periodistas, A.C. Consultor en temas de protección, leyes y políticas públicas sobre el periodismo. Email: rogeliohl111@gmail.com

martes, 4 de julio de 2017

UV y CEAPP impulsarán preparación de periodistas de Veracruz

  • La Máxima Casa de Estudios refrendó su  apoyo y solidaridad
  • Impartirán cursos, talleres y capacitación

David Sandoval Rodríguez

Jorge Morales Vázquez, Sara Ladrón de Guevara
 y Ana Laura Pérez Mendoza.
La Universidad Veracruzana (UV) firmó convenio específico de colaboración con la Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas (CEAPP), destacando la crucial labor que cumplen en la sociedad y en la defensa a la libertad de expresión, reconociendo el vulnerable panorama en el que realizan su ejercicio profesional.
En el mismo sentido, la presidenta de la CEAPP, Ana Laura Pérez Mendoza, y el secretario ejecutivo, Jorge Morales Vázquez, reconocieron la solidaridad y sensibilidad de esta casa de estudio con quienes ejercen el periodismo en Veracruz y en el país.
“Estamos muy agradecidos por la sensibilidad de la Universidad Veracruzana de ser pilar en la solución de un grave problema que nos afecta”, manifestó Pérez Mendoza. “Con la firma del convenio vamos a incidir en las condiciones generales y en la protección a los periodistas”.
Morales Vázquez, quien expresó ser orgullosamente egresado de la Facultad de Ciencias de la Comunicación (Facico), recordó que como informadores “tenemos una gran responsabilidad social y la UV ha sido una gran impulsora en la formación de nuevos periodistas”, por ello subrayó que es el momento oportuno para renovar los lazos entre el gremio y la Universidad.
“Esto refleja el compromiso y la solidaridad de que juntos, con los periodistas, renovemos nuestra convicción de que con ciudadanos mejor informados podremos afrontar los desafíos que tenemos”, concluyó Jorge Morales.
La rectora, Sara Ladrón de Guevara, enfatizó que la violencia contra los periodistas “es un tema que debemos hacer visible en toda la Universidad Veracruzana y en toda la sociedad, por ello estamos renovando este convenio”.
La UV ha procurado ser espacio para hacer visible y reflexionar sobre la violencia que los periodistas sufren. Enseguida, añadió: “Nosotros formamos periodistas porque queremos que lleven a cabo su profesión con calidad y, al mismo tiempo, no signifique un riesgo ejercerla”.
Con la firma del convenio se reitera el interés por trabajar de manera conjunta ya que “todos somos conscientes de que toda idea, toda iniciativa, toda medida que apuntale nuestro legal y legítimo derecho de libertad de expresión (no sólo de los periodistas sino de todos los ciudadanos), y que contribuya a crear un entorno social que garantice a los informadores y comunicadores su integridad física y emocional en el ejercicio de su profesión es una idea, una iniciativa y una medida que todos debemos respetar, celebrar, difundir y proteger; ese es el espíritu que anima este convenio”.
Su objetivo es establecer mecanismos de colaboración específica entre la casa de estudio, a través de la Dirección General de Comunicación Universitaria, y la CEAPP para realizar actividades conjuntas y coordinadas que contribuyan al desarrollo y la promoción de la cultura del respeto y garantía de la libertad de expresión y acceso a la información como derechos humanos universales.
Ambas instancias acuerdan conjuntar esfuerzos para promover y desarrollar iniciativas que contribuyan a la realización de seminarios, conferencias, cursos de actualización y capacitación profesional, intercambio de documentos y publicaciones, vinculación profesional, consultoría y asesoría de proyectos, así como encontrar estrategias idóneas para el cumplimiento de políticas y proyectos bajo este propósito.
La Rectora puntualizó que la UV se compromete a apoyar la profesionalización del gremio periodístico de Veracruz mediante cursos, talleres y capacitación, así como favorecer la titulación de integrantes del gremio, previo cumplimiento de los requisitos y la normatividad institucional.


Los firmantes del convenio fueron, por la UV: la rectora Sara Ladrón de Guevara, y por la CEAPP su secretario ejecutivo, Morales Vázquez, fungiendo como testigos de honor: Leticia Rodríguez Audirac, secretaria académica; Raciel Martínez Gómez, director general de Comunicación Universitaria, y Marco Agustín Malpica Rivera, director de la Facico; y por la CEAPP, su presidenta Ana Laura Pérez.
Presentes en la firma estuvieron el secretario de Administración y Finanzas, Gerardo García Ricardo; Domingo Canales Espinosa, José Luis Martínez Suárez, Miguel Flores Covarrubias, Liliana Betancourt Trevedhan, Rafael Díaz Sobac y María Concepción Sánchez Rovelo, directores generales de las áreas académicas Biológico-Agropecuaria, Humanidades, Artes Económico-Administrativa, Técnica y Ciencias de la Salud, respectivamente.
Así como Rebeca Hernández Arámburo, directora general de Vinculación; Alberto Islas Reyes, abogado general, e integrantes de la CEAPP.