* Medidas anticrisis conservan naturaleza sexista y patriarcal
Paulina Rivas Ayala (CIMAC)
México, DF, 5 ene 10
En el contexto de la crisis económica mundial, el número de mujeres desempleadas se ha incrementado por ser ellas quienes ocupan puestos de "trabajo flexibilizado" o sin protección jurídica. Así lo manifestó Ana Alicia Solís de Alba, profesora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), en un artículo denominado "la crisis del capitalismo y la contrarreforma sexista a la legislación laboral" en donde sostiene que la flexibilización laboral es el modo con "el que el capitalismo ha administrado las fluctuaciones cíclicas del empleo desde la crisis de los años 70 con la imposición del modelo neoliberal".
Dice también que la flexibilización del trabajo está "estrechamente vinculado a las mujeres" y es una de las "medidas anticrisis" adoptadas por los Estados y gobernantes, que "supuestamente" contrarrestan sus efectos en la economía mundial. Dichas medidas, argumentó, "conservan y reproducen la naturaleza sexista y patriarcal" del capitalismo neoliberal y "agravan las desigualdades ya existentes entre sexos, siempre con una mayor desventaja para las mujeres".
En su artículo, Solís de Alba acusa al gobierno de Felipe Calderón de incluir la contrarreforma laboral con lo cual busca aprovechar la crisis para implementar la "flexibilización laboral", a sabiendas de que no resuelve el problema del empleo sino por el contrario "cumple con su cometido de facilitar los despidos sin costos para el patrón y profundizar la precariedad laboral".
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en octubre pasado había en México dos millones 900 mil desempleados, de los cuales la mayor parte fueron mujeres. Lo anterior a pesar de que, como afirma en su artículo Solís de Alba, el mayor índice de despidos en el mundo es de hombres debido a su participación en los sectores más afectados por la crisis como la industria automotriz, manufacturera y de la construcción.
En México, cifras del Inegi, indican que en los tres primeros años de gobierno de Felipe Calderón, "el presidente del empleo", la desocupación aumentó 83 por ciento. La situación se agravó en 2009 a raíz de la extinción de la compañía Luz y Fuerza del Centro (LyFC), que dejó sin empleo a alrededor de cuatro mil mujeres electricistas.
Solís de Alba, sostiene que "las mujeres son el componente más importante de la fuerza de trabajo flexibilizada" porque se les puede despedir apenas se produzca una fluctuación económica, y ese modelo laboral les imposibilita la organización sindical.
Por otro lado explica que el recorte al presupuesto de la inversión pública en infraestructura social descansa en la idea de que las mujeres por "razones naturales" sigan ocupándose de la sobrevivencia familiar y continúen haciéndose cargo, de manera privada, de las consecuencias sociales del recorte en salud y educación".
Por lo anterior argumentó que el trabajo doméstico, el de cuidados familiares y el extradoméstico, que las mujeres desempeñan en las asociaciones civiles sin fines de lucro (ONGs) tratan de "amortiguar, sin conseguirlo las desigualdades generadas por el modelo neoliberal".
Esa situación, explica, se asocia a las dificultades económicas derivadas de la pérdida de empleo de ellas y de sus parejas, así como a la discriminación y deterioro salarial, por lo que se "profundiza la división sexual del trabajo y, por ende, la desigualdad en la condición social de las mujeres, con respecto a los hombres".
La académica sostiene que el recorte al presupuesto en salud y educación "produce un impacto negativo en las mujeres, ya sea en su condición de usuarias de los servicios o como trabajadoras en esos sectores" por lo que se requiere invertir la situación para contribuir al desarrollo económico y social. Dicho cambio es una de las "propuestas centrales del movimiento feminista internacional".
Por otro lado también explica que en el contexto de la crisis mundial se han ido anulando los derechos laborales conquistados por la vía de las reformas legislativas y los empresarios usan "artimañas para evadir e incumplir las disposiciones jurídicas existentes".
Paulina Rivas Ayala (CIMAC)
México, DF, 5 ene 10
En el contexto de la crisis económica mundial, el número de mujeres desempleadas se ha incrementado por ser ellas quienes ocupan puestos de "trabajo flexibilizado" o sin protección jurídica. Así lo manifestó Ana Alicia Solís de Alba, profesora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), en un artículo denominado "la crisis del capitalismo y la contrarreforma sexista a la legislación laboral" en donde sostiene que la flexibilización laboral es el modo con "el que el capitalismo ha administrado las fluctuaciones cíclicas del empleo desde la crisis de los años 70 con la imposición del modelo neoliberal".
Dice también que la flexibilización del trabajo está "estrechamente vinculado a las mujeres" y es una de las "medidas anticrisis" adoptadas por los Estados y gobernantes, que "supuestamente" contrarrestan sus efectos en la economía mundial. Dichas medidas, argumentó, "conservan y reproducen la naturaleza sexista y patriarcal" del capitalismo neoliberal y "agravan las desigualdades ya existentes entre sexos, siempre con una mayor desventaja para las mujeres".
En su artículo, Solís de Alba acusa al gobierno de Felipe Calderón de incluir la contrarreforma laboral con lo cual busca aprovechar la crisis para implementar la "flexibilización laboral", a sabiendas de que no resuelve el problema del empleo sino por el contrario "cumple con su cometido de facilitar los despidos sin costos para el patrón y profundizar la precariedad laboral".
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en octubre pasado había en México dos millones 900 mil desempleados, de los cuales la mayor parte fueron mujeres. Lo anterior a pesar de que, como afirma en su artículo Solís de Alba, el mayor índice de despidos en el mundo es de hombres debido a su participación en los sectores más afectados por la crisis como la industria automotriz, manufacturera y de la construcción.
En México, cifras del Inegi, indican que en los tres primeros años de gobierno de Felipe Calderón, "el presidente del empleo", la desocupación aumentó 83 por ciento. La situación se agravó en 2009 a raíz de la extinción de la compañía Luz y Fuerza del Centro (LyFC), que dejó sin empleo a alrededor de cuatro mil mujeres electricistas.
Solís de Alba, sostiene que "las mujeres son el componente más importante de la fuerza de trabajo flexibilizada" porque se les puede despedir apenas se produzca una fluctuación económica, y ese modelo laboral les imposibilita la organización sindical.
Por otro lado explica que el recorte al presupuesto de la inversión pública en infraestructura social descansa en la idea de que las mujeres por "razones naturales" sigan ocupándose de la sobrevivencia familiar y continúen haciéndose cargo, de manera privada, de las consecuencias sociales del recorte en salud y educación".
Por lo anterior argumentó que el trabajo doméstico, el de cuidados familiares y el extradoméstico, que las mujeres desempeñan en las asociaciones civiles sin fines de lucro (ONGs) tratan de "amortiguar, sin conseguirlo las desigualdades generadas por el modelo neoliberal".
Esa situación, explica, se asocia a las dificultades económicas derivadas de la pérdida de empleo de ellas y de sus parejas, así como a la discriminación y deterioro salarial, por lo que se "profundiza la división sexual del trabajo y, por ende, la desigualdad en la condición social de las mujeres, con respecto a los hombres".
La académica sostiene que el recorte al presupuesto en salud y educación "produce un impacto negativo en las mujeres, ya sea en su condición de usuarias de los servicios o como trabajadoras en esos sectores" por lo que se requiere invertir la situación para contribuir al desarrollo económico y social. Dicho cambio es una de las "propuestas centrales del movimiento feminista internacional".
Por otro lado también explica que en el contexto de la crisis mundial se han ido anulando los derechos laborales conquistados por la vía de las reformas legislativas y los empresarios usan "artimañas para evadir e incumplir las disposiciones jurídicas existentes".
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