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Viena, Austria
Los ex presidentes Fernando Henrique Cardoso (Brasil), Ernesto Zedillo (México) y César Gaviria (Colombia) refrendaron hoy la Declaración de Viena, la declaración oficial de la XVIII Conferencia Internacional sobre el SIDA (AIDS 2010, www.aids2010.org) que tendrá lugar entre el 18 y el 23 de julio de 2010.
La Declaración de Viena (www.viennadeclaration.com) busca mejorar la salud y la seguridad comunitarias haciendo un llamado a la incorporación de evidencia científica en las políticas de drogas ilícitas.
La declaración fue abierta para recibir el aval público y de académicos el 28 de junio de 2010.
“La guerra contra las drogas ha fracasado,” dijo Fernando Henrique Cardoso. “En América Latina el único resultado de la prohibición ha sido el cambio de las áreas de cultivo y carteles de un país al otro, sin reducir la violencia ni la corrupción que genera el narcotráfico.”
Elaborada por un grupo internacional de distinguidos científicos y expertos, la Declaración de Viena, hace hincapié en las maneras en las que la delegación en las fuerzas del orden produce un amplio espectro de daños sociales y sanitarios incluyendo el aumento en los índices de VIH entre los usuarios de drogas.
Los tres ex jefes de Estado son co-presidentes de la influyente Comisión Latinoamericana sobre Drogas y Democracia, que se esfuerza por informar las políticas de drogas de la región y por contribuir con políticas más efectivas, seguras y humanas. Junto con ellos se han sumado al apoyo de la Declaración de Viena tres importantes figuras de América Latina – el escritor, periodista y ensayista peruano Mario Vargas Llosa, el escritor brasileño Paulo Coelho y Sergio Ramírez Mercado, escritor y ex vicepresidente de Nicaragua.
“La guerra contra las drogas ha tenido un impacto increíblemente negativo en América Latina y el hecho de que la Declaración de Viena esté recibiendo este gran aval de ex jefes de Estado debería servir como ejemplo a aquellos que se encuentran en el poder en la actualidad,” dijo el Dr. Julio Montaner, Presidente de AIDS 2010, Presidente de la Sociedad Internacional de SIDA (IAS) y Director del Centro de la Columbia Británica para la Excelencia en VIH/SIDA (BC-CfE).
“Espero que la Declaración de Viena inspire a muchos más líderes políticos a desechar la retórica de la guerra contra las drogas y a adoptar las políticas basadas en la evidencia que pueden mejorar significativamente la salud y la seguridad comunitarias.”
La Declaración de Viena llama a los gobiernos y a las organizaciones internacionales, incluida la Organización de las Naciones Unidas, a dar ciertos pasos, entre ellos:
• emprender una revisión transparente de la efectividad de las políticas actuales de drogas;
• implementar y evaluar un abordaje de la salud pública basado en la ciencia dirigido a los daños producidos por el uso de drogas ilícitas;
• aumentar las opciones de tratamiento de la dependencia a las drogas basadas en evidencia;
• abolir los centros de tratamiento forzoso e ineficaz de dependencia a las drogas que violan la Declaración Universal de los Derechos Humanos;
• aprobar y extender los fondos para el tratamiento de drogas y las medidas de reducción de daño promovidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la ONU.
La Declaración de Viena enumera los daños causados por la guerra contra las drogas y pone de manifiesto que la criminalización de las personas que se inyectan drogas ha producido un record en los índices de encarcelamiento que ha sumado una carga enorme a los contribuyentes.
“En vez de apegarnos a políticas que han fracasado y acarreado consecuencias desastrosas, debemos dirigir nuestros esfuerzos a la reducción del consumo y a la reducción de daños causados por las drogas a las personas y a la sociedad,” dijo Cardoso.
“Las políticas represivas están firmemente basadas en prejuicios, miedos y en posturas ideológicas. La manera de salvaguardar los derechos humanos, la seguridad y la salud está relacionada con estrategias de paz y no de guerra.”
Por fuera del África subsahariana, el uso de drogas inyectables es la causa de aproximadamente uno de cada tres nuevos casos de VIH. En algunas áreas de rápida propagación del VIH como Europa del Este y Asia Central el uso de drogas inyectables es la causa primaria de las nuevas infecciones con VIH.
Las barreras legales puestas a los servicios de prevención que han sido probados científicamente como los programas de intercambio de agujas y la terapia de sustitución de opiáceos (TSO) generan por año cientos de miles de personas que se infectan con VIH y con Hepatitis C (HCV).
La efectividad de estos programas está bien documentada a pesar de lo cual el acceso a dichas intervenciones es limitado en aquellos lugares en los que el VIH se está expandiendo con mayor rapidez. De acuerdo con varios estudios científicos realizados por la Organización Mundial de la Salud, los Institutos de Medicina de los EEUU y otros, estos programas reducen las tasas de VIH sin incrementar el uso de drogas.
“Celebramos el apoyo de los Presidentes Cardoso, Zedillo y Gaviria así como el de los médicos, científicos, investigadores y figuras públicas que ya han refrendado y avalado la Declaración de Viena,” dijo el Dr. Evan Wood, fundador del Centro Internacional de Ciencia en Política de Drogas (ICSDP) y Presidente del Comité de Elaboración de la Declaración de Viena.
“Este nivel de apoyo, especialmente en los momentos previos a la conferencia, demuestra la urgencia con la que los líderes mundiales en distintas disciplinas creen que debemos actuar para reformar las políticas de drogas.”
Se estima que alrededor de 20,000 participantes de la conferencia viajarán a Viena esta semana. Los organizadores los alientan a unirse a este llamado a favor de las políticas de drogas basadas en la evidencia.
“El abordaje a las políticas de drogas que propone la Declaración de Viena prevendrá nuevas infecciones con VIH y asegurará que las personas que luchan con su adicción tengan acceso a los servicios médicos y al apoyo que necesitan,” dijo la Co-Presidente Local de AIDS 2010, Dra. Brigitte Schmied, Presidente de la Sociedad Austríaca de SIDA.
“El acceso a las intervenciones probadas y a los mejores estándares de salud son derechos que cada uno de nosotros valora, inclusive aquellos que viven con una adicción.”
La Declaración de Viena fue iniciada por la IAS, el Centro Internacional de Ciencia en Política de Drogas y el Centro de la Columbia Británica para la Excelencia en VIH/SIDA (BC-CfE) con base en Vancouver, Canadá.
La Declaración de Viena (www.viennadeclaration.com) busca mejorar la salud y la seguridad comunitarias haciendo un llamado a la incorporación de evidencia científica en las políticas de drogas ilícitas.
La declaración fue abierta para recibir el aval público y de académicos el 28 de junio de 2010.
“La guerra contra las drogas ha fracasado,” dijo Fernando Henrique Cardoso. “En América Latina el único resultado de la prohibición ha sido el cambio de las áreas de cultivo y carteles de un país al otro, sin reducir la violencia ni la corrupción que genera el narcotráfico.”
Elaborada por un grupo internacional de distinguidos científicos y expertos, la Declaración de Viena, hace hincapié en las maneras en las que la delegación en las fuerzas del orden produce un amplio espectro de daños sociales y sanitarios incluyendo el aumento en los índices de VIH entre los usuarios de drogas.
Los tres ex jefes de Estado son co-presidentes de la influyente Comisión Latinoamericana sobre Drogas y Democracia, que se esfuerza por informar las políticas de drogas de la región y por contribuir con políticas más efectivas, seguras y humanas. Junto con ellos se han sumado al apoyo de la Declaración de Viena tres importantes figuras de América Latina – el escritor, periodista y ensayista peruano Mario Vargas Llosa, el escritor brasileño Paulo Coelho y Sergio Ramírez Mercado, escritor y ex vicepresidente de Nicaragua.
“La guerra contra las drogas ha tenido un impacto increíblemente negativo en América Latina y el hecho de que la Declaración de Viena esté recibiendo este gran aval de ex jefes de Estado debería servir como ejemplo a aquellos que se encuentran en el poder en la actualidad,” dijo el Dr. Julio Montaner, Presidente de AIDS 2010, Presidente de la Sociedad Internacional de SIDA (IAS) y Director del Centro de la Columbia Británica para la Excelencia en VIH/SIDA (BC-CfE).
“Espero que la Declaración de Viena inspire a muchos más líderes políticos a desechar la retórica de la guerra contra las drogas y a adoptar las políticas basadas en la evidencia que pueden mejorar significativamente la salud y la seguridad comunitarias.”
La Declaración de Viena llama a los gobiernos y a las organizaciones internacionales, incluida la Organización de las Naciones Unidas, a dar ciertos pasos, entre ellos:
• emprender una revisión transparente de la efectividad de las políticas actuales de drogas;
• implementar y evaluar un abordaje de la salud pública basado en la ciencia dirigido a los daños producidos por el uso de drogas ilícitas;
• aumentar las opciones de tratamiento de la dependencia a las drogas basadas en evidencia;
• abolir los centros de tratamiento forzoso e ineficaz de dependencia a las drogas que violan la Declaración Universal de los Derechos Humanos;
• aprobar y extender los fondos para el tratamiento de drogas y las medidas de reducción de daño promovidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la ONU.
La Declaración de Viena enumera los daños causados por la guerra contra las drogas y pone de manifiesto que la criminalización de las personas que se inyectan drogas ha producido un record en los índices de encarcelamiento que ha sumado una carga enorme a los contribuyentes.
“En vez de apegarnos a políticas que han fracasado y acarreado consecuencias desastrosas, debemos dirigir nuestros esfuerzos a la reducción del consumo y a la reducción de daños causados por las drogas a las personas y a la sociedad,” dijo Cardoso.
“Las políticas represivas están firmemente basadas en prejuicios, miedos y en posturas ideológicas. La manera de salvaguardar los derechos humanos, la seguridad y la salud está relacionada con estrategias de paz y no de guerra.”
Por fuera del África subsahariana, el uso de drogas inyectables es la causa de aproximadamente uno de cada tres nuevos casos de VIH. En algunas áreas de rápida propagación del VIH como Europa del Este y Asia Central el uso de drogas inyectables es la causa primaria de las nuevas infecciones con VIH.
Las barreras legales puestas a los servicios de prevención que han sido probados científicamente como los programas de intercambio de agujas y la terapia de sustitución de opiáceos (TSO) generan por año cientos de miles de personas que se infectan con VIH y con Hepatitis C (HCV).
La efectividad de estos programas está bien documentada a pesar de lo cual el acceso a dichas intervenciones es limitado en aquellos lugares en los que el VIH se está expandiendo con mayor rapidez. De acuerdo con varios estudios científicos realizados por la Organización Mundial de la Salud, los Institutos de Medicina de los EEUU y otros, estos programas reducen las tasas de VIH sin incrementar el uso de drogas.
“Celebramos el apoyo de los Presidentes Cardoso, Zedillo y Gaviria así como el de los médicos, científicos, investigadores y figuras públicas que ya han refrendado y avalado la Declaración de Viena,” dijo el Dr. Evan Wood, fundador del Centro Internacional de Ciencia en Política de Drogas (ICSDP) y Presidente del Comité de Elaboración de la Declaración de Viena.
“Este nivel de apoyo, especialmente en los momentos previos a la conferencia, demuestra la urgencia con la que los líderes mundiales en distintas disciplinas creen que debemos actuar para reformar las políticas de drogas.”
Se estima que alrededor de 20,000 participantes de la conferencia viajarán a Viena esta semana. Los organizadores los alientan a unirse a este llamado a favor de las políticas de drogas basadas en la evidencia.
“El abordaje a las políticas de drogas que propone la Declaración de Viena prevendrá nuevas infecciones con VIH y asegurará que las personas que luchan con su adicción tengan acceso a los servicios médicos y al apoyo que necesitan,” dijo la Co-Presidente Local de AIDS 2010, Dra. Brigitte Schmied, Presidente de la Sociedad Austríaca de SIDA.
“El acceso a las intervenciones probadas y a los mejores estándares de salud son derechos que cada uno de nosotros valora, inclusive aquellos que viven con una adicción.”
La Declaración de Viena fue iniciada por la IAS, el Centro Internacional de Ciencia en Política de Drogas y el Centro de la Columbia Británica para la Excelencia en VIH/SIDA (BC-CfE) con base en Vancouver, Canadá.
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